Campuzano tenía una iglesia medieval que terminó en ruina por lo que se planteó la necesidad de construir un nuevo templo, encargo que el Ayuntamiento de Torrelavega le hizo, en primera instancia, al arquitecto Federico Cabrillo Vázquez quien presentó como idea un edificio continuista de las ideas clásicas que se habían venido repitiendo en el medio siglo anterior. Llegó entonces a Campuzano (años 50) un nuevo párroco que provocó un grave conflicto social en el pueblo que entonces era conocido como 'la pequeña Rusia'. Se descartó la idea original aportada por Cabrillo y se le hizo el encargo al entonces un joven arquitecto de Torrelavega, Ricardo Lorenzo, quien en el año 1961 presentó una idea innovadora, incluso provocadora para el momento -como bien detallan los autores en el libro 'Las iglesias de Torrelavega'- que significaba un enfrentamiento conceptual a la arquitectura general de la región y a la religiosa en particular.Se trata de una iglesia chocante, novedosa, sorprendente, cuyo valor arquitectónico ha quedado en gran medida relegado desde que fue construido en el año 1961. Las obras empezaron aquel año y fueron pagadas por el Estado con la colaboración de la empresa Sniace. Los problemas económicos llegaron y se fue ralentizando la obra hasta que, en el año 1967, por impulso del entonces párroco Teodosio Herrera, fueron recuperadas. No obstante se acabaron en el año 1969 cuando aún se debía un millón de pesetas y fue rematada por el también arquitecto Ángel Álvarez de Eulate.
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